La anatomía humana constituye el núcleo fundamental de la formación médica y afines. Sin una comprensión cabal de la estructura y funcionamiento del cuerpo humano, el desempeño profesional de los médicos y otros profesionales de la salud se ve considerablemente limitado. Muchos estudios científicos enfatizan la utilización de cadáveres como el medio más idóneo para el aprendizaje de la anatomía tanto a nivel de pregrado como de postgrado.

El uso de cadáveres humanos con fines de docencia e investigación se remonta desde finales de la Edad Media. El Renacimiento trajo un resurgimiento en el interés por la anatomía humana. En el siglo XVI, artistas y médicos, como Leonardo da Vinci y Andreas Vesalio, desafiaron las ideas galénicas y promovieron la disección de cadáveres humanos, generalmente de reos ejecutados.

En la actualidad, la obtención de cuerpos y tejidos humanos con fines de docencia e investigación tienen diferentes fuentes. En el Ecuador y otras partes de América Latina, sus Facultades de Medicina aún fomentan la práctica de utilizar cuerpos no reclamados de las morgues de hospitales y la policia, a diferencia de Estados Unidos, Canadá, otros paises Europeos y Asiáticos, en donde sus Facultades de Medicina utilizan cuerpos donados previamente en vida, respaldados por la legislación correspondiente.

La Federación Internacional de Asociaciones de Anatomistas desde el año 2012 ha realizado una serie de recomendaciones para los anatomistas y las Instituciones de Educación Superior, en el objetivo de utilizar solamente cuerpos donados, para la enseñanza e investigación anatómica. Según un estudio realizado por Habicht, Kielssing & Winkelmann en el año 2018 y publicado en la prestigiosa Revista Academic Medicine, en 22 paises de los 68 consultados, se utiliza la donación de cadáveres como fuente exclusiva para el proceso de enseñanza-aprendizaje de la anatomía. El resto de paises utilizan fuentes mixtas, principalmente la utilización de cuerpos no reclamados.